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Frida Kahlo una gran artista, mira a color estas fotos poco conocidas

 

¿Frida a color o en blanco y negro?

Cada tono impacta en el estado anímico de las personas, envolviéndolos en felicidad o tristeza. El azul, por ejemplo, recuerda a las gélidas noches donde las lágrimas buscan su camino hacia el suelo, mientras que el amarillo remite a la pureza del primer beso. En el extremo opuesto se encuentra el negro con la ausencia total de luz que conduce a la solemnidad de omitir una sonrisa o un quejido; es el silencio de las emociones y el reinado de sigilo, aunque hay que decirlo, de la oscuridad a la iluminación, ¿cuántas posibles reacciones existen?



La primera mitad del siglo XX la recordamos en tonos grises dado que la fotografía, la principal forma de documentar la realidad, no conocía el color. De ahí que a figuras tan emblemáticas como Diego Rivera y Frida Kahlo las observemos a través de un lente sombrío que, de no haber una sonrisa en algún rostro, remite a un extremo de desaliento. Es el suspiro de vivir en una época donde el mañana es incierto y el pasado tormentoso, pero incluso así, ahí estaba ella queriendo colorear su vida.



La ausencia de luz en sus ojos no es fortuita; la tragedia la cobijó para nunca abandonarla. Así, al verla en una fotografía en escala de grises se siente su realidad doliente. ¿Es correcto transgredir su aura al añadirle color? Decía Alejandra Pizarnik –poeta argentina que también vivió en la oscuridad–: «Necesitas no traficar con tu dolor. Necesitas orgullo y soledad. Necesitas orden. Necesitas poesía». El orden de Kahlo fue pisoteado cuando en épocas recientes se usó su imagen a color para mercancías. Ahí inició el tráfico con su ser.



Estas fotografías a color, únicas y perpetuas en la vida de la pintora, fueron tomadas por Nickolas Muray, quien mantuvo una relación, al inicio romántica y después de amistad, de 1937 a 1946. Se podría asegurar que éste es el único vestigio sobre los colores de Frida, permitiendo una lectura muy diferente al gris de la tragedia que siempre la rodeó.

En palabras del propio Muray. «La fotografía para mí no sólo ha sido una profesión, sino también un contacto entre las personas. Sirve para comprender la naturaleza humana y registrar, si es posible, lo mejor de cada individuo».



Fuente: https://culturacolectiva.com





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