Muchas personas podrían asegurar que su papá es ‘el mejor papá del mundo’.
Sin embargo, Pablo Acuña, un hombre paraguayo sin brazos ni piernas que sacó adelante a sus dos hijas, prácticamente por sí solo, es más que merecedor de ese título.
Pablo, de 60 años, pasa sus días en una carretilla de madera, pues en el momento de su nacimiento sus extremidades no lograron desarrollarse.
Ha criado a sus hijas únicamente junto a doña Ignacia, su madre, de 90 años, debido a que su expareja lo abandonó hace varias décadas.
“Cuando yo tenía cuatro meses mi mamá nos abandonó. Ahora tengo 26 años y mi hermana mayor 29. Mi papá y mi abuela se encargaron de nosotras”, contó Élida, una de las hijas de Pablo, al medio local ‘Crónica’.
Sí, porque Pablo, desde que nació, ha tenido que luchar con una malformación física por la cual no tiene más las articulaciones inferiores y superiores; Pablo en efecto no tiene ni piernas ni brazos y se mueve y duerme transportado sobre una carretilla especialmente realizada para él. Una condición física rarísima que de hecho no le ha bloqueado ningún camino; no obstante la mujer haya abandonado a la familia hace más de 26 años, Pablo siempre ha pensado como primera cosa en la salud y el bienestar de sus dos hijas. Para sacar adelante la familia, no obstante la malformación, ha pensado también la abuela de las niñas.
Una de las hijas, Elida Acuna, ha contado: "Mi padre es mi mundo. Es mi amigo, confidente y es el mejor papá del mundo. Por eso he dejado mi vida en Argentina y he venido para estar con él y cuidarlo, porque mi abuela no puede ayudarlo más, ya que es muy anciana. No puede moverse solo, depende de otra persona incluso para ir al baño, pero puede responder al celular componiendo el número con la nariz y utiliza del mismo modo también el control remoto de la TV."
Por suerte, no obstante la edad, Pablo no ha sufrido nunca de ninguna otra enfermedad y generalmente está en buena salud. Ahora que la hija Eida se ha transferido con el padre, el hombre espera realizar un sueño: tener una casa propia, visto que siempre han vivido alquilando y ahora el propietario quiere desalojarlos. ¡Pero ahora que la familia finalmente se ha reunido, todo será posible!
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