La Real Academia Española (RAE) ha decidido eliminar definitivamente a la “ch” y a la “ll” del abecedario, su argumento es que en realidad no se trata de letras sino de dígrafos, es decir, que son “conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema” con lo cual “el abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z”, tal como lo informó a través de su página web oficial, en su sección de noticias “Español al día”, y lo publicó hoy en su cuenta de Twitter.
En su nota “Exclusión de «ch» y «ll» del abecedario”, la RAE informa que se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.”
Afirma que el español se asimila con estos cambios al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que sólo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque reconoce que en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.
“La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de
letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema
gráfico del español. Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora
en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del
fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/
o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad
consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del
abecedario”, informa la RAE.
La institución cultural dedicada a la regularización
lingüística entre el mundo hispanohablante, asegura en su nota que al tratarse
de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o
que los contienen “no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les
corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente”.
Y recuerda que la decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.
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