“Siendo
principiante en el amor, caí rendida a sus pies.
La magia de sus
acciones no tenía límites.
Conocía su
poder, que era monarca de mi mente.
Me envolvía en
sus riquezas, risas de oro,
coronas de palabras,
su autoridad
sobre mi pasión fue su cetro y fue a situar su trono en mi corazón.
Este constante
juego empezaba a declarar un ganador,
¿qué
oportunidad tenía yo, la dama, ante él?
Capturadaentre
sus mieles,
forzada a decidir el siguiente paso.
Distrayéndolo, le hablo de las torres, pero es experto en
evasión y volver a encauzar.
Lo ha vuelto a hacer, coloca bien sus piezas,
mil y un veces
más ganará.
No puedo hacer otra cosa ante la inminente derrota,
me
acerco, cruzando miradas, dejándolo entre mi cuerpo
y su asiento, lo acaricio
con una sonrisa,
mi última jugada un beso, ni mis sueños ni sus ojos me
mienten…
con suavidad le digo al oído: ¡Jaque mate al Rey! ¡El Rey está
atrapado!-”
Letras XXII: Jaque Mate, Denise Márquez
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