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Eran monjas, pero renunciaron a sus votos al enamorarse perdidamente. Ahora son una feliz pareja

 

“Pensaba más en ella que en la Biblia. Simplemente escuché a mi corazón. Decidí ser honesta conmigo misma y con Dios”, reconoce Fani, resaltando que el amor siempre será lo más importante.

Su historia es un relato de amor. El documental titulado “Nun of Your Business” (en referencia a “Not of Your Business” (No es asunto tuyo)), se encargó de contar al mundo la historia de Marita y Fani, dos monjas croatas que se enamoran en el convento.

Pasaron por mil inconvenientes, pero finalmente primaron sus sentimientos. Renunciaron a sus votos y comenzaron una bella relación, que hoy las tiene más felices que nunca. Sus vidas cambiaron radicalmente, luego de que el destino decidiera juntarlas, poniéndolas a prueba. 


Todo comienza con Marita (de cabello rosa), que simplemente quedó flechada con su compañera. Así, poco a poco fue creciendo el sentimiento, que se hizo mutuo y terminó con ambas gritando su amor al mundo. 

“Simplemente escuché a mi corazón”.

En Croacia es -a lo menos- complejo ser homosexual, siendo catalogados incluso como personas “discapacitadas”.

Ambas dejaron sus hábitos, confirmando y consolidando su relación, que hoy las tiene felices y sonriendo como nunca antes.

 

“Decidí ser honesta conmigo misma y con Dios”.

Ivana Marinic Kragic es la directora del documental que protagonizan las ex religiosas, quien decidió hacer hincapié en la poca (o casi nula) libertad que tienen muchas personas de decidir sobre sus romances.

Marita comenzó su proceso religioso a los 18 años, pero contrario a lo que muchos pensarían, no lo hacía por obligación. Sentía un llamado.

Allí conoció a Fani Feric, quien ingresó al convento con 23 años.

“Antes, lo idealizaba todo pero me di cuenta de que el marco de la Iglesia no me convenía. La consigna de mi orden era ‘Veritas’. Al cabo de un tiempo, decidí ser honesta conmigo misma y con Dios, que es amor”.

–comenta Marita a medios locales–

Su valentía es inspiradora, ayudando a muchas personas que se sienten oprimidas, creyendo que hacen mal por solo ser felices.

“Es difícil cuando no encajas porque eres diferente. Para los católicos, la homosexualidad es un pecado importante. Yo rezaba a Dios para que me curara de mi ‘enfermedad’. Pero más tarde me di cuenta de que si Dios me había hecho así, no había nada que curar”.

–resalta Fani–

De eso ya ha pasado algún tiempo. Marita tiene 36 años y Fani cumplió 4 décadas hace poco. Su historia es un relato de lucha, de amor y sentimientos.

Hoy se dedican al rubro del turismo y la restauración, pasando sus días felices y llenas de cariño. Siempre fieles a su religión, a Dios y, por sobre todo, al amor.

Fuente: http://www.upsocl.com/ 

 



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